Señalales el mundo,
la diminuta figura del terror, la sangre convulsionada en las pesadillas del diablo,
a la que duerme olvidada en los bosques de la memoria.
El odio en el viento, el silencio en el fuego,
el aislamiento del agua, y la tierra lejana que no sucederá.
Señalales lo que nunca fue un sueño.
¿De dónde vienen mis palabras? Yo no soy de este mundo.
Saerwen